El lugar de donde nos visita, ¿existe?

16 de noviembre de 2010

La Culpa

¿Qué voy a hacer con la culpa? ¿Dónde la voy a guardar?

No hay basurero donde quepa, ni chimenea que la pueda quemar. No existe río que se la pueda llevar en su cauce, ni barranco que la guarde en su abismo. Mi cobardía es ahora doble: no puedo enfrentar el pasado ni su presente culposo. Y de ambos huyo, de ambos escapo; tanto he corrido que ahora no puedo parar.

¿Qué voy a hacer con la culpa? No se puede consumir, por más cigarrillos que fume. Tampoco sudar, por más ejercicio que haga. Sólo puedo pretender que no la llevo encima: olvidar que hay un enano gris sobre mis hombros susurrándome que di la espalda al sino y a causa de eso maté a quienes abandoné. Siempre me contará lo que pudo haber sido, lo que no fue por no atreverme a dar la cara.

¿Qué voy a hacer con la culpa? No tengo nadie a quién dársela, no tengo quién pueda ayudarme a arrastrarla. “No sabes lo que pesa un muerto” le dijo su abuelo a García Márquez. Pero sí hay algo que pesa más: los que aún viven. Es como si la tuviera en la mano y no pudiera soltarla, es una bola negra y viscosa que poco a poco se pega y me consume, comienza a tragarme hasta que me cubre de una capa también negra y viscosa, sin dejarme respirar. Sofoca pero no mata; sabe que la muerte sería dulce, sería expiación y libertad, la mejor escapada, la meta del cobarde que está huyendo.

¿Qué voy a hacer con la culpa?

11 de noviembre de 2010

Rabindranath Tagore

XLVI

Me abandonaste y seguiste tu camino.
Creí que lloraría por ti y que entronizaría en mi corazón tu imagen, tejida en una canción de oro puro.
Pero, ay triste suerte, el tiempo vuela.

La juventud se marchita año tras año.
Los días de la primavera son muy breves.
Las frágiles flores mueren por nada y el sabio me advierte que la vida no es más que una gota de rocío en la hoja del loto.
¿Debo olvidar todo esto para buscar a quien se alejó de mí?
Sería una locura, pues el tiempo vuela.
Venid, noches lluviosas de pies mojados; sonríe, otoño de oro; ven, abril despreocupado, que envías besos desde lejos.
Venid todos.
Amores míos, sabéis muy bien que somos mortales.
¿Es sensato partirse el corazón por quien se lleva el nuestro? No, pues el tiempo vuela.

Es agradable sentarse en un rincón solitario, soñar y escribir versos que afirmen que tú eres mi vida entera.
Es heroico alimentar el propio dolor y apartar todo consuelo.
Pero un rostro joven se asoma a mi puerta y levanta sus ojos hacia mí.
Debo enjugar mis lágrimas y cambiar la melodía de mi canción.
Pues el tiempo vuela.
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XXX

Tú eres la nube del crepúsculo que flota en el cielo de mis sueños.
Te dibujo según los anhelos de mi amor.
Eres mía, y habitas en mis sueños infinitos.
Tus pies se colorean con el fulgor de mi deseo, espigadora de mis cantos vespertinos.
Tus labios tienen el amargor y la dulzura de mi vino de dolor.
Eres mía, y habitas en mis sueños infinitos.
La sombra de mi pasión ha oscurecido tus ojos. Eres la alucinación de mi mirada.
Te he prendido y envuelto en la red de mis cantos, amor mío.
Eres mía, y habitas en mis sueños infinitos.

XXXI

Mi corazón, pájaro del desierto, ha encontrado su cielo en tus ojos.
Son la cuna del alba, el reino de las estrellas.
En su abismo se hunden mis canciones.
Déjamo volar en este cielo inmenso y solitario. Déjame hendir sus nubes y desplegar mis alas en su sol.

Tomado de: El jardinero

9 de noviembre de 2010

sueño # 14 (johanna, compilación -dixit-)

nuevamente soñé con vos. tenías dientes de vampiro y me decías: querés probar cómo se siente que te muerda? yo te decía que sí, me mordías el cuello y salía muchísima sangre de un color lindísimo.
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anoche soñé con vos. íbamos en un tren, y dos tipos desconocidos nos preguntaban que cómo nos llamábamos. Yo me llamaba Johanna A., vos Godo, y vos y tu nombre eran franceses. Al menos eso les dijiste.

8 de noviembre de 2010

ya casi es verano

Ya casi es verano.

Ahora amanece a las 6am y mi cuarto tiene un pequeño rango de horas en que la luz del sol le da directamente. Estoy permanentemente obligado a dormir con las cortinas cerradas si quiero levantarme después de las 8am.

Al salir a la calle, siento que me hace falta ropa, porque ahora sólo uso un sweater, una chaqueta, o ando en camiseta nomás. Las flores, como las mujeres, germinan súbitamente. Las flores reviven los parques con los colores: blanco, amarillo, verde, rojo; las mujeres con el cuerpo que mantuvieron escondido durante cuatro meses: piernas largas, faldas cortas, escote transpirado y piel bronceada. Los árboles de la acera que pasa por mi casa tienen de nuevo hojas; y la calle parece haber revivido de lo que parece fue su muerte: el invierno. Si voy a la casa de una amiga, ahora sólo tomo mis llaves y salgo: una camisa, un short y sandalias bastan.

Si ya casi es verano, si ayer hizo veintisiete grados, ¿por qué al siguiente día tiene que llover? me cagué de frío por andar en short y me mojé los pies por andar descalzo. 

... Fail?