Es que Calvin la pasa demasiado bien en los veranos.
Pasa que siento que en algún momento cruzé por la esquina equivocada y terminé acá, con un nuevo empleo que no quiero, con una carrera que no estoy seguro de estudiar, y encajando altogether demasiado bien en una vida "estable".
Hay gente que viaja cada año, o menos.
Gente que está acá estudiando música, danza, canto. Y no en universidades.
Pero yo le tengo miedo a no estar en una universidad. A decir "a la mierda con todo, agarro mis cosas y me voy". En vez de eso pienso en dónde voy a comprar muebles, y qué voy a hacer con ellos si alguna vez pienso agarrar mis cosas e irme.
Tal vez los muebles son una cosa demasiado estable para mí. Tal vez yo estoy volviéndome demasiado "estable". Aunque mi cabeza es todo menos eso justamente.
Las cosas parecen tener un rumbo demasiado fijo: seguir estudiando y graduarme, conseguir un trabajo, conseguir una casa (con muebles), familia, hijos, criarlos, morir. (Sí, estoy exagerando un poco). No hay espacio para cambios, aquí vine, aquí estaré, y aquí terminaré.
Después... después empiezo a recordar que tal vez sí crucé la esquina equivocada, pero no lo hice a propósito y por siempre me quedará la duda del "qué hubiera sido si... ". Pero hay unos cruces que los camina uno y otros que se los caminan. Ojalá algo, en un futuro, me haga cruzar otra esquina que no sea la planeada.
3 comentarios:
vámonos
Ojalá el futuro exista. Y sobre todo, esa simple idea de vivir como se supone que se tiene que hacer, y con las reglas ya impuestas, no es satisfactorio. Ahí estoy, graduado de una carrera que no me termina de gustar, para conseguir un trabajo que odie, y ganar el dinero sucio que me haga comprar las cosas que no necesito y caerle bien a la gente que le caigo mal. Eso es lo normal. (Fight Club Dixit).
ojalá que exista
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