El lugar de donde nos visita, ¿existe?

29 de noviembre de 2009

it's just something that we do

de roque dalton, en pobrecito poeta que era yo

entonces ella ha cerrado lentamente -pero con una fuerza indócil -evidenciada por el temblor de las pestañas -los ojos magníficos -que te miran como si recién te descubrieran -en el regazo de la primera mañana del mundo -sus párpados han secretado juegos de amor -y se han deslizado hasta cubrir la honda pupila
negra -como cuerpos desnudos de hombres y mujeres -hermosos y silentes -cayendo en su propio pozo tibio -y ha echado la cabeza hacia atrás -con un gesto rápido -truncado por los sobresaltos que vienen del corazón -de más abajo y de más hondo aún -de esa mancha oscura -agreste -que entre las piernas ha tomado para sí todo el tiempo -toda la existencia -el universo de estos minutos innombrables -gesto que ha desparramado la larga cabellera negra -haciéndola caer desde la cama como una planta poderosa sobre la almohada que reposa ya en el suelo -la barbilla perfecta -a pesar de la partidura ondulada que refleja el tacto y el papel del dios gracioso en el mundo de los órdenes clásicos -perfila el buque puro y blanco -a medio hundir -erguido y retador -reclamador de crímenes de gigantesca jerarquía -el cuello tenso desnudando con el plic-plic de las arterias la ansiedad -la premura -la búsqueda de ese momento inminente que puede resolverse con la ascensión hasta los astros o con el sumergimiento de las manos y el gesto en cierta ira incomparable -sólo tal vez vecina de lo peor -del desprecio -(que además se tratará de disfrazar -bajando los ojos -y diciendo con voz oscura algunas ternezas que no caben en ninguna parte así) -oh tú desnudo -caes -muerdes -tienes los dos animales redondos de su pecho entre las manos -has trasladado bruscamente el peligro del fin -desde el dulce abismo hasta las cercanías del corazón que quiere jugar un poco más -el rosado botón se te escapa de los dedos sabios y temblorosos -guerreros e hijos -animales de otra raza más dura y maridos de esas hebras blanquísimas que bajo la piel estallan y conducen las corrientes del vértigo -has besado su boca llena de saliva dulce -tu peso ha hundido el barco en el cielo -cerca de ti -y has hecho concavidades de los signos conexos -la cabellera ha venido del suelo y es como un nido entre los dos pechos -tus brazos invaden y se apropian de todo -protegen del mundo para atacar mejor -tu sientes en tu lengua y los dientes las suaves granulaciones y ahí muerdes -y oyes gemir -y sientes el placer que siente Dios cuando maneja el hilo de la tormenta -bajo el aroma de las ropas recién arrancadas (que como muertos animales multicolores -han quedado silenciosos en ese otro mundo -diseminados sobre la alfombra) -bajo las esencias opalescentes -surge el olor a mujer -el escondido en cada poro -oh el olor a bestia preciosa -hace husmear -mojar la frente en la axila recóndita -ir por los brazos y su fina vellosidad que acaricia las mejillas y los labios -te has incorporado a medias -lo suficiente para ver a toda la mujer desnuda -tu parte en la donación del mundo -a la mil veces vencida en el último minuto -a la mil veces espectante ante tu gran asalto -postergado con pequeños asaltos -y esa es tu perdición -porque tus ojos han sido arrastrados al centro del universo -a la gran flor oscura -a lo que queda de la noche que hizo a esta mujer -y que sintetiza su alma -sus idiomas -sus gritos -que retrata su debilidad y su destino -el lugar de donde tú mismo vienes -y al que sabes que habrás de volver -siempre -para combatir la destrucción -el odio -la sequía de la sangre que te mueve y te alza -caes entonces -retornas en tempranía -y clavas tu lengua dura y alegre -ágil como las músicas matutinas de tu país -te ves nacer de nuevo -cara a cara con el chorro de la vida -los sabores te tocan con dedos de cera húmeda y pétalos de cobre -hay para llenar tu fecha la salumbre de un terreno fresco -como abonado con lágrimas y peces -suaves rincones rosados -y celestes -cuyo temblor mismo suena -y huele -y toca -y se deja ver -y sabe doblemente -tu propio segundo corazón te avisa de entre las piernas: aún hay un rito feroz que estás a punto de olvidar -tu vientre piensa salvajemente -con la oportunidad de los animales -trata de detener el ángel blanco que viene caminando -desbocado por otras venas -pero también anhela verle fuera y hundirse bajo el impacto de su sombra generatriz -caer bajo sus alas desatadas -sin saber por qué -ni cómo- ni en nombre de qué nivel de la naturaleza principalmente melódica -pero tu lengua es tu tercer corazón -vuelve a imponerse por un nuevo breve siglo -y recorre el territorio radical desde los enmarañamientos a la miel -desde la oscuridad última que vieron tus ojos al nacer a la luz hasta los niveles que reclaman castigos y sevicias-ubicas entre la vecindad alucinatoria -entre el asomamiento al centro de los centros -otro segundo corazón- mismo y contrario -mínimo pedernal de estos desfiladeros dramáticos- padre maternal de la chispa que corre hasta los pies y las muñecas- y corona los finos dedos de la mujer con el disfraz de la fiereza -o el terror- o los movimientos de la muerte- las venas son sus propias enemigas- al aire no cabe ya-la saliva ha huido- dejando en su lugar un agua tenue- herencia de haber nacido entre musgos y piedras alegremente podridas por la exhuberancia del clima -alzas el rostro como el dormido que se levanta de un jardín cuando viene la lluvia- y ves el panorama de la mejor desgracia- tienes ya preparada la victoria- frente a ti sólo queda un gran ramo de pequeñas derrotas y súplicas contra la piedad- subes hacia el rostro mojado- depositas tu mejor corazón en la noche mientras el mundo salta a sus ejes antiguos -siguen hablando aún, es una forma de vida, peligrosa cuando tienes tan-cultivada-alma, solitario.

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